SCIPIONE BORGHESE – EL PRÍNCIPE QUE SABÍA LO QUE QUERÍA
111106
amigos,
el príncipe Borghese fue protagonista de uno de los raids
automovilísticos de ciudad a ciudad que abundaron a principios del
siglo XX. Aún faltan bastantes meses para que se cumpla el centenario de
su hazaña, pero así somos los primeros en conmemorarla.
El año que viene se cumplirá el 60º aniversario de la muerte de
Barzini, uno de sus compañeros, así como el 80º aniversario de la
muerte del propio Scipione Borghese, el príncipe que tenía muy claro
cómo triunfar.
hastaluego
Scipione BORGHESE (1871 – 1927) Italia 300505 actualizado 190214
"El amor del soldado
dura una hora.
En sonando `ta-ra-ra´,
`¡Adiós, señora!´"
popular
El príncipe Scipione Borghese nació en Roma en 1871, descendiente del
cardenal Scipione Caffarelli Borghese (1576-1633), mecenas de las
artes.
Destinado desde niño a la diplomacia y a la política, Scipione se
distinguió como deportista en equitación y alpinismo, siendo también
explorador y adquiriendo fama justa de planificar sus expediciones con
una rigurosa precisión. Cuando el diario francés "Le Matin" organizó un
raid automovilístico al gusto de la época (cruzando todo el Antiguo
Continente, de Peking a París, nada menos), el príncipe decidió
participar en el mismo y, mejor aún, decidió ganarlo, previendo extraer
jugosos rendimientos de la popularidad que la hazaña le reportaría.
Todas sus previsiones se cumplieron, justamente porque dispuso los
medios precisos. Fue el concurrente que mejor preparó la monstruosa
expedición de unos 16.000 Km, solicitando a la marca Itala que le
facilitara un auto resistente y rápido, y asegurándose el auxilio del
mecánico-chauffeur Ettore Guizzardi y del periodista-navegante Luigi
Barzini, que relataría las incidencias del viaje en crónicas para "Il
Corriere della Sera" y el "Daily Telegraph".
El
itinerario del raid Peking/París 1907 (en tres versiones) y los otros
dos miembros del equipo de BORGHESE (al volante del Itala): Barzini y
Guizzardi
(archivos "Automobiles Classiques", Gus, “Motor Clásico” y Guzzardi & Rizzo)
Las primeras carreras automovilistas fueron de ciudad a ciudad por
carreteras públicas, para demostrar la viabilidad del nuevo medio de
locomoción, que cumplía el viejo sueño del hombre de poder circular
libremente a más velocidad que a pie o a caballo, acercando las
ciudades y haciendo al mundo más pequeño, trastocando los conceptos de
distancia y de tiempo. Así, la Green Bay/Madison 1878 (320 Km, 10.000 $
de premio –casi medio millón de dólares actuales–), la
Neuilly/Versailles 1887 (32 Km), el Tour de France 1899 (2.173 Km), la
New York/Portland 1905 (6.437 Km)…
El Ingeniero Alberto Balloco preparó concienzudamente un Itala 35/45
HP de tres plazas, animado por el 4 cilindros de culata en T, 130 mm x
140 mm, 7.433 cm3 y 45 HP efectivos a 1.250 R/mn, que le
confería una velocidad máxima de casi 100 Km/h, aunque no a plena carga
(lo que incluía 300 litros de combustible en dos depósitos separados,
entre los cuales se acomodaba el mecánico). Por supuesto, la Itala
disponía de motores más potentes (como el 100 HP con el que Giovanni-Battista
Raggio había ganado la I Coppa Florio 1905), pero se consideró
prioritaria la fiabilidad y la resistencia de la mecánica. Y, a fin de
cuentas, el motor de 45 HP también había sido estrenado con éxito en
competición cuando Alessandro Cagno ganó la I Targa Florio 1906,
reservada a autos fabricados como mínimo en 10 unidades iguales y de
precio de venta inferior a 200.000 liras.
El Itala 35/45 HP para BORGHESE, en fase de equipamiento
(de Van Peking naar Parijs per auto_archivos)
Durante
mucho tiempo conservado en el Museo de Fiat, el Itala era blanco.
Cuando se procedió a su restauración en 1987, se pintó de verde pálido,
mientras que la trompa de la bocina pasaba de plateada a dorada
(de “Motor Clásico”)
El
Itala 35/45 HP 1907, restaurado en 1987 sin guardabarros y exhibido en
2007 con los guardabarros desmontables, que podían ser utilizados como
raquetas en el caso de que las ruedas motrices quedaran atascadas en el
barro. Los neumáticos eran Pirelli, marca que aquí conseguía su primer
triunfo en competición y que en 2011 sería la proveedora exclusiva
para la fórmula I
(archivos Guzzardi & Rizzo, "Automobiles Classiques" y de "El Mundo")
El
Itala iba equipado con magnificos buckets capitonnés envolventes,
butacas cuya comodidad y sujeción lateral se echa de menos en muchos
autos actuales
(archivos Guzzardi & Rizzo y "Automobiles Classiques")
Borghese presumía de que podía predecir los cambios de clima gracias a
su nariz, pero no porque poseyera un olfato especial. Simplemente, se
había roto dicho apéndice en una caída de caballo y, aunque los
cirujanos se la reconstruyeron, el riego sanguíneo debió quedar con
alguna deficiencia que hacía que la nariz cambiara de color al mismo
tiempo que el clima. Pero Scipione no contaba solamente con su nariz
barométrica como ayuda sino que estableció por su cuenta una cadena de
puestos de asistencia, cuidando todos los detalles previsibles.
Por fortuna para él, no tendría muchos rivales, y éstos no acudirían
tan bien dispuestos al desafío. Aunque se contaron 25
pre-inscripciones, sólo cinco equipos se desplazaron hasta Peking. El
aventurero barón Charles Godard, un motociclista acrobático, pidió a la
casa Spyker (Spijker) uno de sus excelentes turismos de 15 HP, pero no
se molestó en estudiar previamente la ruta ni en establecer puntos de
aprovisionamiento. Incluso vendió los repuestos adquiridos a crédito
para poder costearse el viaje hasta la salida en Peking. [La Spyker
había presentado en el Salón de París 1903 un avanzado turismo de 6
cilindros y 50 HP, con tracción a las cuatro ruedas y frenos en ambos
ejes, pero no se fabricó en serie. A Godard le habrìa venido muy bien.]
Se contaba también con dos DeDion-Bouton 10 HP, pilotados por el
periodista Georges Cormier y por Victor Collignon, además de un
inverosímil triciclo Mototri-Contal de 6 HP que llevaba el osado y
optimista Auguste Pons.
Foto
de familia de los participantes. De los que posan de pie, Collignon es
el primero por la izquierda y va seguido de Guizzardi, Pons, Foucauld y
Bizac. Sentados, Cormier, BORGHESE (de blanco colonial) y Godard.
Seguramente, fue Jean du Taillis quien hizo la foto
(de la crónica de Jean du Taillis, archivo Gus)
El
Spyker rueda por las calles de Peking, paseando al embajador de
Holanda. Luego es uno de los DeDion el que es probado por el embajador
de Francia en Peking
(de la crónica de Jean du Taillis, archivo Gus)
Por
su parte, BORGHESE también paseó al mandarín gobernador de Urga, para
quien el Itala, que puso muy nerviosa a su escolta, era el primer
automóvil que veía. Y no era el único; a sus súbditos les ocurriría lo
mismo
(de la Enciclopedia Brazendale y archivo "Thoroughbred & Classic Cars")
El
triciclo Mototri-Contal de Pons también llevaba unas planchas
desmontables, diseñadas para improvisar una pasarela que ayudara a
vadear zanjas y arroyos, como se ve en la demostración de la primera
foto, además de servir como raquetas para mejorar la adherencia en
terrenos no consolidados. En la segunda foto se disponen a utilizarlos
tras haber embarrancado en el lodo
(de la Enciclopedia Burgess Wise y de la crónica de Jean du Taillis, archivo Gus)
Antes de partir el 10 de Junio, los concurrentes se comprometieron por
escrito a viajar en convoy y a auxiliarse unos a otros, pero el
diplomático Borghese se hallaba ausente de aquella reunión y no firmó
el compromiso.
BORGHESE y su mujer en Nankú
(de la crónica de Jean du Taillis, archivo Gus)
No vamos a pormenorizar los penosos avatares y peripecias que
sufrieron los esforzados participantes porque sería demasiado largo y
porque ellos mismos los relataron. Tanto Barzini y Cormier como otro
periodista, Jean du Taillis (que iba en el Spyker de Godard), se
encargaron de mantener informada a la afición mundial con sus crónicas y
fotografías.
Como era de prever, Pons se quedó por el camino, mientras que el
retrasado Charley Godard (que había logrado recuperar 5.000 Km en dos
semanas, realizando una de las mayores heroicidades del raid) sería
detenido en Enghien (Bélgica), acusado de fraude; pero su Spyker,
conducido por Jean du Taillis, llegó a París algo antes que los dos
DeDion, aunque veinte días más tarde que el Itala de Borghese, que
había encabezado la prueba a lo largo de los dos meses que duró la
misma.
El
DeDion de Collignon ha embarrancado en la ruta de Nankú y el Spyker
tampoco se libró de tener que ser remolcado, mientras que el Itala pudo
salvar esos malos pasos más airosamente (archivo Burgess-Wise)
Aunque
el Itala no dejó de sufrir penalidades, lógicamente. No se libró de
tener que ser remolcado a su vez en múltiples ocasiones. Al atravesar
un puente de madera, su peso lo hundió. Menos mal que no estaba
prohibida la ayuda ajena. Al seguir las vías del ferrocarril
trans-siberiano había que estar alerta para detectar a tiempo la
llegada de un convoy
(archivos John Tennant, “Motor Clásico”, Van Peking naar Parijs per auto_archivos y "Thoroughbred & Classic Cars")
Otros momentos delicados del Itala
(de Van Peking naar Parijs per auto_archivos)
Sin embargo, tanto BORGHESE como Barzini y el Itala se ven muy enteros a su llegada a Europa, en su paso por Berlín
(archivos Guzzardi & Rizzo, Van Peking naar Parijs per auto_archivos y "Automobiles Classiques")
Los
expedicionarios del Itala llegan a Champigny y poco después son
escoltados y aclamados al cruzar el Pont Joinville de Paris el 10 de
Agosto de 1907
(archivos cgi.ebay.it, www.magicasruinas.com.ar y “Motor Clásico”)
Con tal ventaja, el Itala de Scipione Borghese y sus dos compañeros se
paseó en las últimas etapas, el Spyker de Godard/DuTaillis fue
clasificado 2º, 3º fue Cormier, y Collignon, 4º. El
promedio del Itala resultó de unos 11 Km/h sin descontar paradas ó
15,15 Km/h contabilizando sólo los 44 días de marcha efectiva, cálculos
que aún no estaban confirmados cuando ya se anunciaba la siguiente
prueba tipo raid: New York/Paris por Siberia en 1908. [Entre
paréntesis, el incorregible barón Charles Godard también se apuntó a
esta New York/Paris con un Moto-Bloc.]
Siguiendo
la moda de los raids cada vez más monstruosos, la New-York/Paris 1908
se llevaría el record. En total serían 35.400 Km que George Schuster
(1873-1972) cubrió en 169 días con su American Thomas Flyer 60 HP. En
la tercera foto vemos cómo el Thomas Flyer causa sensación en Maibara
(Japón), donde nunca habían visto un automóvil; aunque parece que más
curiosidad suscita la cámara del fotógrafo en un país que llegaría a
ser modélico en la producción de cámaras fotográficas (y de
automóviles). En 1964, la Warner Brothers produjo un film paródico de
esta carrera, dirigido por Blake Edwards y protagonizado por Tony
Curtis, Natalie Wood y Jack Lemmon: “The Great Race”
(de “Mecánica Popular”, Enciclopedia Burgess-Wise y L. A. Izquierdo en “Motor Clásico”,
y en http://www.imdb.com/media/rm291221504/tt0059243?ref_=ttmd_md_pv)
Como tenía previsto, Scipione Borghese capitalizó la fama que le había
reportado su triunfo, tras ser aclamado como un héroe en Italia. El
año siguiente publicó el libro "De Peking a París en Auto", escrito en
comandita con su compañero de fatigas Luigi Barzini, y poco después fue
elegido para diputado, dedicándose a la política hasta su muerte en
1927, a los veinte años de la hazaña y sin volver a conducir autos en
competición.
Luigi
Barzini senior (1874-1947) fue padre de Luigi Barzini junior
(1908-1984) el año siguiente a su aventura transcontinental. Y en la I
Guerra Mundial hizo de corresponsal para “Il Corriere della Sera”
(de http://www.lalumiera.it/Fante%20Pierantoni/ARTICOLO%20BAZZINI.htm)
Nueve décadas después del I Peking/París, en 1997 se reeditó el raid,
que fue ganado por Phil Surtees/John Bailyss a bordo de un Jeep
Ford/Willys 1942 con el que cubrieron los 16.000 kilómetros en 43 días y
17 minutos, a un promedio de 15,5 Km/h. No parece demasiado progreso
en casi un siglo
Phil Surtees/John Bailyss y su Jeep, vencedores del II Peking/Paris 1997
(de "Classic & Sports Car" y Malcolm McKay en "Thoroughbred & Classic Cars")
Dos retratos del príncipe BORGHESE y otro de su vehículo, el resistente Itala 35/45 HP 1907
(archivo "Automobiles Classiques")
Scipione BORGHESE (1871–1927)
Motor Clásico: Abril 1989 (L. A. Izquierdo), pg. 14-17
Automobiles Classiques: Junio/Julio 1989 (Paul Badré), pg. 92
Gus (Gustavo Morales)
Van Peking naar Parijs per auto_archivos
http://www.gutenberg.org/etext/17432
No Mirando a Nuestro Daño
(Todos los Pilotos Muertos)
No hay comentarios:
Publicar un comentario